martes, 21 de mayo de 2024

Perdió sustancia, igual que esos mariscos que se evaden de la trampa lanzando al agua su valor, como si fuera el precio de un rescate; siguen ofreciendo una apariencia, aunque en su interior sólo se escuche un rebotar de arena, la amenaza sonora de un crótalo marino

 




Aquel anciano hablaba poco,

se esforzaba por aparentar comodidad en sus largos silencios, 

aunque sus ojos  desmentían tanto esfuerzo,

seguía el movimiento de las olas

tratando de acunar un ansia

entre infantil y religiosa que le robaba el sueño,

el mar le daba miedo, de algún modo

le aceleraba la respiración haciéndole sentir

los sofocos del náufrago, ya no ondeaba banderas

y el color identitario se iba fundiendo en gris

o se borraba entre la niebla, los dioses se apagaban 

igual que las luciérnagas que alcanzan la cópula final

dejando un juvenil caparazón proclamando a los vientos

que la muerte usa el mismo uniforme que la vida.



Zona B:

El cerco se irá cerrando en torno al genocida. Por mucha prisa que se dé en autorizar ocupaciones ilegales, no conseguirá agrandar el perímetro de su prisión. 

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