En ese nido
sucursal del aire, Erecteion a escala de primaria,
al abrigo desabrigado del drapeado de seis velas sin llama,
las cariátides son el prólogo de un templo
que hace subir, que empuja y escalona
una entrada difícil hacia la eternidad sin puertas,
dios y diosa se observan a distancia,
a cada cual le corresponde un ángulo
en el polvo sagrado de la sombra
con que se solapan los misterios y se intenta
retener la devoción de los adeptos
tan contaminados de costumbre,
y nada más, ni estatua ni oficiante,
ni siquiera un altar para encender la llama
y convertir en humo los recuerdos.
Zona B:
En el siglo XX los judíos fueron protagonistas obligados de un holocausto; eran las víctimas. En el siglo XXI sus herederos reproducen un holocausto similar, ahora son los verdugos.
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