También él
iba a sentarse por las tardes
bajo el escudo vegetal del tejo,
allí hablaban los pájaros, seguros e invisibles,
acogidos al parlamentarismo de las horas
del final de jornada,
no todas las voces son audibles
pero se advierte la tensión del coro,
suben y bajan los acordes de una armonía tan recóndita
que obliga a los sonidos a acogerse a la azarosa adivinanza,
por eso estaba allí, flotando, sin recuerdos,
acunado por el borboteo de palabras inermes
en la aventura de la contemplación.
Zona B:
Tal vez pueda sonar hoy el vergonzoso mano a mano de la prepotencia bélica con la cobardía de una UE que ni siquiera es capaz de definirse como área geográfica, no digamos ya como ámbito de respeto por los valores humanos. VERGÜENZA. ¡¡¡¡¡Boicot a Eurovisión!!!!!
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