miércoles, 7 de mayo de 2025

Cada verano dejaba por unos días su refugio en la montaña y bajaba hasta el mar; en la playa buscaba soledad y alguna huella fugitiva que le diera algún motivo para seguir buscando; arriba la niebla hacía desaparecer el horizonte y apenas permitía convivir con unos metros de pasmada incertidumbre

 




Aquí arribó el corsario,

dice la placa de latón, todavía hablan algunos

de las torpes maneras del marino,

del balanceo de su voz como si un aire

de balada animal le susurrara los acordes de su despótica crueldad,

fuego y cuchillo bailando sobre la madera, sus correajes

brillantes de colgaduras y tachuelas, dando a entender

una economía de intercambio, la perla singular

por el amor de un tiempo ciego y el éxtasis nublado

de una damajuana de cerámica sobre el hombro

para mantener su alma en equilibrio durante el abordaje,

así la vida quedaba amortizada como un fardo más en la bodega, 

al lado del tesoro y de la pólvora,

ni siquiera la libertad valía tanto

como la postal de un nuevo puerto ardiendo con su fuego, 

la respiración agraz de las tabernas, los brillos

amortiguados de las callejas húmedas, las antorchas

tratando de suplir a las estrellas, todo aquello

que borraba la niebla cuando el barco 

rodeado de gaviotas reidoras

se hacía al mar de nuevo recelando

de la bandera blanca del amanecer. 



Zona B:

Nadie pudo imaginar en los años 30 que Hitler llegaría a las infamias de los campos de exterminio. ¿Tampoco los israelíes de buena voluntad y el "mundo civilizado" son capaces de ver a qué aspira Netanyahu con su plan genocida y su desprecio de las leyes?




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