Salió volando la espumilla
del diente de león, cuando era niño la llamaba
pelusa y le soplaba fuerte para que cogiera altura,
se sabe poco de la fiereza de los nombres,
y cualquier palabra podría causar miedo
si la oímos rugir en cautiverio,
sin embargo las tenemos todas
enjauladas en el diccionario,
como tigres domésticos mostrando
una fingida mansedumbre
que no responde a su verdadera condición.
Zona B:
¿Hemos de seguir soportando la humillación y la vergüenza de recibir con honras al genocida, desoyendo la orden de arresto dictada contra él por la CPI ?
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