Podéis sentaros por ahí,
decid conmigo esta trivial definición: el día
es el momento blanco, el que la mirada
dedica a señalar los objetivos,
separándolos en lotes de similar naturaleza,
nunca hagáis montón, que todo guarde
su lugar adecuado en el espacio, el orden facilita
la consecución del objetivo -ver lo dictado más atrás-,
y que no se atolondre vuestro espíritu pensando en tiempos fáciles
o en el lubricante de las lágrimas, el pedernal nunca se moja
aunque la lluvia siempre viene bien, pero sigamos,
ahora es el momento de mirar, va muy alto el día,
definamos pues, volemos como pájaros y tendremos
la panorámica del otro, la del miedo, el lugar oportuno
para apilar todo el escombro que le sobra al vocablo
con que se define la eficacia frente a la simple utilidad.
Zona B:
Era de esperar: al genocida le interesa mantener en alto la contienda y, una vez avasallada la resistencia en Gaza, Líbano o Siria, busca algo mayor, Irán, donde la guerra le pueda dar lo que la paz siempre le niega. Y EL RESTO DEL MUNDO SIGUE MIRANDO HACIA OTRO LADO.
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