jueves, 1 de mayo de 2025

Incluso el hierro forjado entre calor y martillazos tuvo su momento de dulzura; se llama hierro dulce al que ha salido sin apenas violencia de la entraña mezclada de la tierra, cuando aún no ha reparado en la diversidad y todo material viene marcado en su natural escoria por un nombre que le permitirá buscarse hueco en el variado mundo de las formas

 




Regreso,

aquí percibo una sensación de alivio,

como niebla flotando en la marisma,

olor tibio que explota con ruido de burbujas,

tengo embotada la conciencia, ella flota también,

no hay culpa, no hay preocupación,

las armas siguen apoyadas con gravedad antigua

sobre la pared, lo anacrónico es bello

porque evoca el fingimiento del teatro,

porque ha dejado de emplearse para hurgar en la vida,

qué herramienta se usa ahora para matar,

qué tortura infligen esos hierros que gotean

en verdosa cascada de ceros y unos por la cal,

volverá la conciencia a preocuparse

o todo ocurrirá de oficio como ocurren

la calamidad y las catástrofes?



Zona B:

Un pueblo sin conciencia es un pueblo zombi que acabará usando contra sí mismo la violencia cuando ya no haya un vecino al que matar. Por ese despeñadero va Israel.

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