Antes del cableado en la pared,
antes de desnudar a la tormenta de sus ropajes celestiales
y someter el rayo a esclavitud, antes del primer dibujo de la sangre,
del tiznado guerrero, de coser con tendones animales
el desgarrón de la intemperie,
mucho antes del ritual del humo perfumado subiendo recto a la nariz del cielo,
antes del tacto femenino modelando la fragilidad inhóspita del sílex
hasta convertirlo en trasparencia,
anterior al mordisco prehistórico a un supuesto cordón umbilical,
antes de la primera holganza para contemplar los techos de la cueva
decorados con el pastoreo de los sueños,
antes incluso del tuétano sorbido para crear el alma de la flauta
que daría la mano al agresivo escaramujo de las palabras iniciales,
pretérito anterior a los diseños de una conciencia airada
que no encontraba a nadie a quien echar la culpa,
antes, mucho antes, tan atrás que ni siquiera la memoria
es capaz de vislumbrarlo, estábamos tú y yo mirando
con aprensión el hueco que dejaba la luz al ausentarse
sin encontrar un dios que lo explicara.
Zona B:
Es inútil. Cualquier intento de explicar lo inexplicable hace aún más profundo el abismo de la barbarie del gobierno genocida de Israel y de su ejército salvaje. ¡¡¡ALGÚN DÍA SE HARÁ JUSTICIA!!!
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