viernes, 9 de septiembre de 2022

De Crónicas bárbaras (+)




Ahí quedó el juramento analfabeto

de horacios y pancracios, todos

con pesados motivos, como barras

de hierro o palanquetas

para abrir el costado a los peñascos,

todos con la ceja larga

de la ofensa en la frente y nada

en las encrucijadas del cerebro,

el tiempo como el río pasa por debajo

de su agigantado orgullo y mueve

la aceña giradora del recuerdo,

así, gruñendo con desaceitado respirar

como el relincho de una manada de asturcones

que nunca han acudido a plaza,

flores de trapo lo recuerdan

en cruz de forja sufragada

por la memoria vecinal, harta del toque

nocturno de campanas

sin nadie que moviera los badajos.

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