Espero verte por ahí, perdido
en el espesor florido de este campo
que se despide del verano,
bajo las suelas cruje
el bravío azafrán aquí llamado
despachapastores por el tono añil de su tristeza,
se oye el crujir del sol, la niebla al norte
impide que nos lleguen los sonidos
trashumantes y el olor a lana
que dejan las merinas,
qué será de estos montes cuando todo
se deje de sentir, cuando todo quede reducido
a una micológica ruta de venenos
que nos impidan despertar y vernos
rodeados por los lobos de un mal sueño.
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