miércoles, 21 de agosto de 2024

Así vuelan las pavesas de lo que ardió con la confianza de contribuir al fortalecimiento del sistema, los ritos iniciales, las correcciones de la edad que a veces obedecían a pereza más que a voluntad de ir mejorando, el cansancio o la laxitud añadidos al sueño de la mente que se sintió incapaz de mantener turnos de guardia fuera de los estrictamente obligatorios

 




Allí, 

donde el inquieto azogue gris de la marisma

reflejaba el laurel del monte

y la cabellera de la hiedra era mordisqueada por los peces,

allí, soñando entre cipreses y eucaliptos

reposaban los huesos amarillos de una mujer proscrita,

una arriesgada molinera

que consiguió victorias frente al poderío del emperador,

en sus amores silenciados por la trompetería del estado

seguía dominando el tono entre campesino y palaciego 

de una conversación mal susurrada

como la del pecador que acude a arrodillarse

ente la celosía del perdón y encuentra

un muro de silencio y soledad, tras el que asoman

las hojas del laurel de Dafne

al que Apolo marcó con sus olores

de perro con afán territorial.




Zona B:

Los árabes no os quieren por vecinos, a los gringos les empieza a molestar vuestra arrogancia, y vuestra guerra trae a la memoria del mundo libre episodios oscuros que pensaba que nunca volverían a ocurrir.

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