jueves, 29 de agosto de 2024

El viejo coche hace su ruta en carretera de montaña; por costumbre ha llegado a memorizar un recorrido amparado en la sombra del hayedo y a veces se detiene a descansar como un viejo caballo junto al pilón verdoso de la fuente; siente vergüenza de que el GPS le dibuje el recorrido y en las bifurcaciones aparenta dudar, como poniendo a prueba la fiabilidad del artilugio

 




La tierra seca

conserva aún las marcas de la azada,

él no era agricultor, ni jardinero,

ni siquiera un jornalero a cuenta de la felicidad,

usaba la tierra como excusa

para seguir creyendo que nacía con cada primavera

y que como un árbol ocupaba el espacio

para dar graderío a la coral de pájaros,

conoció la angustia sonora de los taladores

que llegaban con sus herramientas de matar,

cada mañana señalaban con pintura roja al condenado

y se iban a desayunar entre risotadas y gruñidos de verraco,

de sus cinturones colgaban las cabezas simbólicas

de los árboles viejos; iban dejando un rastro de resina

que de lejos brillaba como la sangre verde de los gnomos

que se habían quedado sin cobijo.



Zona B:

Los horrores de ayer ya no nos muestran la realidad que sufren los palestinos. ¿Con qué nos sorprenderá hoy el ejército asesino? ¿Qué excusa utilizará hoy el mundo libre para convivir con la barbarie sin sentir vergüenza de sí mismo?

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