sábado, 24 de agosto de 2024

Lento y solemne, algo avergonzado de sí mismo que nunca gustó de multitudes ni se prestó a llevar o a ser llevado en procesión; ahora es él el que va en alto, mareado por el balanceo de unas andas rústicas y algo blasfemas, habría que añadir, coronado de hiedra y soportando el rancio olor a berza del ramo que algún devoto ha puesto entre sus manos

 




Cogí al vuelo aquel aire

de redundante aroma, las flores huelen porque sí,

son los pulmones de una época barroca

o al menos las narices comprometidas con el paladar,

la vista y el oído para hacer que todo parezca una campiña

plantada de lavanda,

hoy hemos hablado de esos sueños húmedos

que a menudo viven despiertos en nosotros,

ellos huelen apenas a posibilidad

aunque se oculten tras la desnudez de lo imposible,

rozan tu piel ansiosa con su piel y te hacen creer,

o al menos tú lo crees, que esa lujuria aérea del olor

se ha transformado en carne, como el verbo,

y ahora vive mezclada con nosotros.



Zona B:

Mientras el pueblo "hebreo" no aparezca limpio del hematoma sionista, nadie con sentido crítico y equilibrado de la historia volverá a creer en él. Cualquier referencia al holocausto será un baldón para quien lo ejerce ahora con sus vecinos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario