Él dijo aquello
tan campanudo y falso del final de una aventura
para la humanidad (excesivo andamio
para dar de yeso a un trampantojo),
flotaba un aire en el alcohol y acaso en las antípodas
se estuvieran quemando las alas de una mariposa,
ir cuesta abajo era más fácil
que caminar subiendo por el hilo invisible de la tela de araña,
saber que no hay promesas que puedas incumplir,
que la argumentación improvisada arderá con llama semejante
a la que acabó quemando las alas de la mariposa
y la dejó en perpetuo estado de crisálida,
expuesta al hambre de los pájaros
con los que habría de compartir el cielo,
alta presión en las antenas, proclamas mudas
con el color de la publicidad y el pozo oscuro
donde el diablo almacena su tesoro
como si fuera estiércol de murciélago
que ha de quemar la entraña de la tierra
destinada al cultivo y a la fertilidad.
Zona B:
También aquellos dioses de la Biblia o la Torá guerreaban con los de Mesopotamia, urdían exterminios de ciudades y sembraban el aire de pavesas y dolor, sin importarles que su obra más alta, el ser humano, se consumiera degradado por debajo del límite animal.
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