Aún queda
el memorial difunto de las estatuas,
en esta villa medieval donde la lluvia sigue
lustrando el enlosado de la plaza
a la vez que baldea las cenizas de los quemados en la hoguera
se oyen voces, el viento hace vibrar los ángulos en sombra,
quiso Delibes que el viento hablara,
lo citó con sus reclamos de cazador,
él fabricaba además de campos luminosos, voces de pájaro,
mugidos incendiados de venado en celo
o el silencio furtivo del hurón, él quiso dejar hablar al viento
y su voz olorosa a espliego y azafrán
nos llega tras siglos de retraso con su afirmación de lutos,
la ictericia brutal del sanbenito y los rastrojos negros
donde la codorniz no anidará ni habrá avutardas
negándose a aceptar la línea baja que muestra el horizonte.
Zona B:
La sabiduría dice que los lobos se unen para cobrar la pieza, pero se pelearán por el derecho a devorarla. Veremos en qué acaban las manifestaciones del destituido ministro de la guerra israelí sobre la farsa del genocida en torno a la liberación de los rehenes.
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