sábado, 9 de noviembre de 2024

El carretero astur dejó a su espalda el azul de la caliza y se enfrentó a la exasperante lentitud de la carreta páramo adelante; la lejana cita del intercambio era Sahagún, su sidra y sus castañas por vino tinto y cereal; al final de cada etapa miraba hacia un lugar del norte y rezongaba: "Sahagún, cabo de mun, boroña de mia ma, quien te la comerá, que yo, ya ya"

 



Aún queda 

el memorial difunto de las estatuas,

en esta villa medieval donde la lluvia sigue

lustrando el enlosado de la plaza

a la vez que baldea las cenizas de los quemados en la hoguera

se oyen voces, el viento hace vibrar los ángulos en sombra,

quiso Delibes que el viento hablara,

lo citó con sus reclamos de cazador,

él fabricaba además de campos luminosos, voces de pájaro,

mugidos incendiados de venado en celo 

o el silencio furtivo del hurón, él quiso dejar hablar al viento

y su voz olorosa a espliego y azafrán

nos llega tras siglos de retraso con su afirmación de lutos,

la ictericia brutal del sanbenito y los rastrojos negros

donde la codorniz no anidará ni habrá avutardas 

negándose a aceptar la línea baja que muestra el horizonte.



Zona B: 

La sabiduría dice que los lobos se unen para cobrar la pieza, pero se pelearán por el derecho a devorarla. Veremos en qué acaban las manifestaciones del destituido ministro de la guerra israelí sobre la farsa del genocida en torno a la liberación de los rehenes. 

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