domingo, 17 de noviembre de 2024

No tener ya nada que decir o temer decirlo sin que a nadie le importe lo que dices; ni siquiera el aire tibio de una banal conversación o el higiénico ejercicio del aparato fonador para no perder del todo el poderío ya tan mermado de la voz; así se llega sin querer y acaso sin retorno al agua remansada del silencio

 




El viento ciego se ensaña con las velas,

Ilión queda ya lejos y el humo acerca el olor acre

del colosal incendio,

vi a guerreros ennegrecidos por la sangre

pulsar secretamente los alambres de un laúd

fabricado con concha de tortuga o golpear la sartén

con la cuchara de madera,

eso debe ser la inspiración, la fiera ya amansada

sigue buscando música, yo amarrado

al mástil de la nave por el miedo otoñal a las sirenas,

sus inútiles cantos ya no sirven

para devolverte la autoestima, a babor el rizo

de una ambición desenfrenada y a estribor la calma

final de la derrota,

que nadie llegue a ver correr el llanto

por el cauce rosado de mis cicatrices.



Zona B:

Que a nadie se le olvide cómo se llega al callejón de los hechos consumados. Israel ya no oculta que no va a devolver los territorios ocupados si las "potencias" internacionales no le obligaran a hacerlo. Rusia pretende lo mismo con Ucrania. El sueño de la razón produce monstruos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario