Vengo de muy lejos,
la vejez pone distancia y concede a los ojos
la recompensa de no ver, abriendo el tiempo de la adivinación,
pereza táctil lo llamamos en la sala de espera
donde acudimos a auscultar el aire imitando a los médicos,
cada día somos más y el tiempo se ha aliado con nosotros,
la queratina de los sueños se convierte en legaña
y hace prosperar la forma: un caparazón,
un dios egipcio que sin embargo no es un dios,
es un tenaz escarabajo sin la jeroglífica instrucción
que dé sentido a su obsesión por empujar
la bola doctrinal de los aficionados al estiércol,
de los que no quieren saber ya nada más,
mirad si no lo que aún perdura de las murallas del pasado.
Zona B:
"Sálvennos de nosotros mismos", gritan algunos israelíes avergonzados por la salvaje destrucción que su gobierno aplica al pueblo palestino. Pero mientras la actitud de Occidente no se traduzca en sanciones económicas severas y bloqueo al envío de armamento, nada se conseguirá,
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