él parece decir:
prepárame la cama,
mi sueño es que regrese
en silencio el cansancio, o que al menos
no chirríen los párpados
ni hagan ruido de persiana,
el día queda fuera, vacío y gris,
a él le queda la pesadilla de la luz
que se niega a volver,
y una yema joven como la llama de un candil
preparada
para aguantar los fríos que aún le restan
a esta primavera sin modales.
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