Cuesta arriba llevan su primavera
las macetas de interior, más atentas
a la fiebre pinchada en el termómetro de ambiente
que al dictado del clima,
más preocupadas del pulgón como ceniza fría
que del ceño sinuoso de las isobaras,
sé que nada has de decir, ciclamen, bocadillo
de puerco recluido en el parterre preescolar,
pero parece que aún te quedan
jornadas solapadas del invierno.
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