Por qué esa desazón
de presencia invisible cuando un alma
demasiado terrenal cruza el camino
de lo cotidiano y pone alerta
y misterio en los poros de la piel
o cuando golpean
contra el parietal esos temores
incontrolados al contener la respiración?
la vida pone
paisaje y recorrido a los demonios
que la maldad ha levantado
entre harapos de niebla, luego
nos perseguirán cuando paremos
a tomar aliento o a beber pensando
en enfriar la calentura.
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