Se ve alejándose
el perfil desdibujado del fantasma,
no deja huellas en la nieve,
le seguiremos desde aquí pensando,
él era de cera, resumía
los brillos literarios de su apodo
en la ampulosa espalda, en sus nervudos brazos
y en la desconexión con la leyenda,
se podía captar la carga negra
de la electricidad crispándole los pelos
como si los hubiera dibujado un niño,
lo raro es que evitaba la confrontación,
nunca hubo imagen de su cara,
coincidirán sus ojos con los ojos,
con la nariz o las orejas de nosotros?
le hemos seguido por detrás, huyendo
siempre del vapor, enemistado con el fuego
y con cualquier indicio de temperatura bondadosa,
se licuará su sangre con grados fríos
o su motor funciona con un terrible amor,
sin engranajes?
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