Qué vecindad le corresponde
a los recluidos en el ático helado de la historia,
la cara b no suena bien, se dijo todo en la primera
como abriendo paso a lo advenedizo,
sin tener en cuenta la rapidez con que se agría
cualquier noticia no embotellada a tiempo,
la claridad se esfuma tan deprisa
en las horas tardías del oriente
que no alcanzamos a pasar la página
donde aparece como esquela
una larga lista de rumores
con nombre propio y una fecha de caducidad entre paréntesis,
y aquí se quedan como huérfanos los más adelantados,
las madres siguen revolviendo los despojos
por si fuera reconocible todavía
algún rasgo intocable de sus hijos
pasados a la clandestinidad.
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