En los anaqueles de la historia
reposan en hilachas
muchas cuerdas ilustres, hoy acusadas de traición,
pero el tiempo acaba doblegando
la aspereza de esparto de unos nudos
considerados imposibles,
también se civiliza
el salvajismo agreste de la soga
que despidiera al sol mirando
por el ojal del nudo corredizo
o el cinturón de cáñamo que urgiera
la austeridad de los profetas,
todos esos
navegadores cabos sostuvieron
la arboladura de este barco
en el que ahora naufragamos.
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