II
Ya es domingo, se celebra
en las mesas comunales del parque
un eucarístico vapeo de marihuana espiritual,
alguien le entrega
unas naic de autor desconocido en caja original,
le enseñan
a dar vuelta a los guantes del covid-19
con record guinnes de durabilidad,
en los descuidos aparece
como policía agreste una nevisca
tan frugal e inútil que parece póster
de turismo engañoso -es marzo todavía-,
dejad que el territorio se acostumbre
a nuestra manera de mirar, reclaman,
mientras suspenden de los árboles
sus avisperos de sonido y recomponen
un gustoso gruñido por el frío
y la coca cola derramada,
que la lengua se quede pegada al paladar
si olvido hacer la transfusión,
la diálisis lenta del dinero,
ahora puedo oíros aunque apenas
entiendo ese lenguaje
de máscaras rituales que diluye
vuestra verdadera voz,
y aunque cierre los ojos ahí perduran
los hilos amarillos del sonido
de vuestra extranjería,
entrañables, lejanas velutinas.
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