Alguien puso a hervir la luz en las salinas,
desde el cristal humilde de la sal
nace una simetría combativa
que hace frente a las sombras agotadas
de la noche anterior,
la química más limpia se ennoblece
en esa lucha de reflejos y elevará a pirámide
el festival cautivo de unos rayos
a los que nadie arrima un nombre
por temor a que le arda entre las manos.
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