Vaya por delante
que lo sabio es mirar,
el ojo nunca se entretiene en vano,
resucita el aroma en la madera
recién cortada, las astillas
de perfumado corazón haciendo
bocina a la pirámide
que el hacha va vaciando, toca
la humedad traslúcida del corte y atesora
secretos de una resina conceptual
capaz de embalsamar vidas menores,
arriba el sol vigila, sabe
que todo es cíclico, por eso
va colgando las cataratas de la luz
para poder irse tranquilo.
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