La prisa congelada del invierno
ha salido a flote esta mañana de sol,
entre el aroma neutro de las flores
de frutales ansiosos por llegar,
como si dijeran entre dientes
la letra del conjuro, la letra únicamente,
no hay abejas aún o esconden
con pudor su bordoneo,
se ha olvidado el ceremonial y puede
que hasta el recóndito sentido
del compromiso con la vida.
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