lunes, 7 de octubre de 2024

Buscaba sólo el artificio de un dolor simulado, algo con que soñar cuando por la noche pasaba junto a mi somier el brillo de la aparición; a ella la habían encontrado entre los escombros dorados de la mina ya abandonada allá por el cincuenta y tres

 




Hallo ahora algún motivo

para añorar aquellos días de combustión sin llama, 

así era el aprendizaje de los druidas

para un futuro más civilizado, niños destocados

sin nada que ocultar en la cabeza, simples arbustos

sometidos al hacha y a la tonsura monacal,

lucíamos la cálida ignorancia de los desheredados 

que se mueren de frío mientras buscan 

leña para el fuego del altar y aprenden a vivir

viendo parir en los otoños a las ovejas y a las cabras 

con el estricto diccionario de la imaginación

supliendo deficiencias,

casi nunca quería salir a la pizarra

aunque me sobraran argumentos para llenar de signos

aquel espacio saturnal, me daba miedo 

hundir mis manos temblorosas en aquella boca negra,

pero una vez traspasadas las fauces

podías encontrarte con el resplandor menudo 

de unos pendientes de botón que iban delante

iluminándote el camino.



Zona B:

Cada día una masacre. El resto del mundo lo contempla con indiferencia. O ¿es miedo a pisar la mina en que se ha convertido ese estado ficticio al que sólo apoyan el dinero y la ambición?  

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