Esta es la luz morada o cárdena
de las jornadas de rebusca, patatas rojas del lugar
como ajos de cigüeña aderezados con pimentón,
el diezmo acólito de Júpiter -ni a Zeus llega ya
y muy pronto doblará su espinazo ante unos dioses
de aduana y arancel, llegados de estraperlo
entre cántaras y azumbres de aceite griego-,
vamos ya, busquemos pasto seco para encender un fuego,
asaremos los frutos de esa olvidada religión,
las trufas despreciadas por el recolector
que elevarán su aroma hasta la rota nariz de esa deidad de mármol
que un arado cristiano desenterró mientras hurgaba
en la entraña reseca de la tierra.
Zona B:
Se les ordena ir al sur como a zona segura y cuando ya han llegado les bombardean. Eso ahorra bombas y misiles y facilita el exterminio que previamente se ha iniciado impidiendo llegar al norte medicinas, agua y alimentos. Es la economía de la guerra que nos impone el siniestro Netanyahu al que nadie quiere parar los pies.
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