miércoles, 23 de octubre de 2024

La arqueología destapó franjas oscuras, algún cascote de puchero y el esmalte cariado de unos dientes de origen animal; eso dijeron los arqueólogos, aunque todos sabíamos que el primitivo pueblo nunca estuvo allí; aquel era el lugar donde se quemaba a los relapsos y donde consumida la madera de la pira se desviaba el curso del arroyo para borrar cualquier señal

 




Ningún establo como aquel

donde nació el ternero de tres patas,

al caminar alzaba su espinazo 

con la gracia nociva de una joroba irregular,

a veces cabeceaba con sus ojos blancos

como reclamando un débito, su madre

le lanzaba hocicazos cuando se acercaba

al amor rojizo de la ubre,

allí estaba yo con con unos cuantos visitantes curiosos

a la salida de la escuela,

corrió como el purín la gran noticia

de la muerte presunta de Juanín, el maquis

que dormía a veces en la cuadra dando calor al jato blanco

para que no bramara en mitad de la noche

reclamando el madrugador regreso de la luz,

sus muertes coincidieron y, a destiempo,

sin que nadie se hiciera responsable sonaron las campanas.



Zona B:

Sin armas no habría guerras, dijo alguien. ¿Quién sigue incrementando el suministro (y el negocio) para que a Israel no se le agote el arsenal? En este lado de occidente donde borbotean los negocios de mayor rentabilidad se sigue especulando con "valores" que nade tienen que ver con la moral, sino con lo que cotiza en bolsa.






No hay comentarios:

Publicar un comentario