Ningún establo como aquel
donde nació el ternero de tres patas,
al caminar alzaba su espinazo
con la gracia nociva de una joroba irregular,
a veces cabeceaba con sus ojos blancos
como reclamando un débito, su madre
le lanzaba hocicazos cuando se acercaba
al amor rojizo de la ubre,
allí estaba yo con con unos cuantos visitantes curiosos
a la salida de la escuela,
corrió como el purín la gran noticia
de la muerte presunta de Juanín, el maquis
que dormía a veces en la cuadra dando calor al jato blanco
para que no bramara en mitad de la noche
reclamando el madrugador regreso de la luz,
sus muertes coincidieron y, a destiempo,
sin que nadie se hiciera responsable sonaron las campanas.
Zona B:
Sin armas no habría guerras, dijo alguien. ¿Quién sigue incrementando el suministro (y el negocio) para que a Israel no se le agote el arsenal? En este lado de occidente donde borbotean los negocios de mayor rentabilidad se sigue especulando con "valores" que nade tienen que ver con la moral, sino con lo que cotiza en bolsa.
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