sábado, 12 de octubre de 2024

La canción popular insiste en el pero, como si la excepcionalidad fuera más importante que el el hecho de tirarse: "por el puente de Aranda/ se tiró, se tiró,/ se tiró por el puente,/ pero no se mató"; siempre está debajo el amortiguador de una tradición sin hueso

 





Efrén lampiño, 

ambiguo como un apóstol de hospital del Greco,

esto es así, decía, simulaba oír y traducía

la sensación en un susurro de color morado,

puede ocurrir que se revuelva y quede

del lado del revés como el mensaje

de los aprendices de profeta, la luz oscura

de lo que no suele mostrarse, creo que ese es el papel 

de la pintura de taller, aseguraba,  un nombre sin cristianizar 

aún no rescatado de la mina, como los ojos de Zulima,

su penitencia era el compromiso de asistir

a reuniones de congregación con cinta azul, 

-el Greco lo explicaba con serpientes

haciendo de bufandas a Laocoonte-,

sólo cuando se encerraba en su taller-habitación

y encendía los pinceles como cirios de clandestinidad 

su cuerpo largo y correoso se iluminaba de placer 

y reflejaba una religiosidad semi pagana

que parecía sacada de la los mitos griegos.




Zona B:

En privado USA recurre a calificativos para el genocida que luego no se atreve a manifestar en público. ¿Quién teme a quién y qué poder es el del imperio que no es capaz de someter a un asesino tan incómodo?


No hay comentarios:

Publicar un comentario