El diecisiete de octubre de aquel año
había amanecido así, volcado a llamas amarillas
como si un atardecer de agosto se hubiera despistado
y buscara el ramal por donde el rebaño de las nubes
distraía su eterna trashumancia,
la voz del hombre enfermo reclamaba su ropa,
el páramo sombrío le llamaba y se ajustaría los zahones,
las tirillas de cuero de su disfraz de mayoral
y la manta cruzada en bandolera para espantar la lluvia,
algo azufrado y amarillo se asomaba a su piel
y recelaba que ni el agua bendita
ni el latín hablado por el cura iban a librarle de su oficio
de conductor del último rebaño
que recorría la cañada seducido por el imán de las estrellas.
Zona B:
No le basta al genocida llevar la guerra a los hogares de gazatíes o libaneses; si fuera necesario para incendiar toda la zona atacará a Irán. ¿También le asiste aquí el derecho a defenderse? El primer ataque a Irán lo realizó Israel y nadie dijo nada o lo dijo mirando al suelo.
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