Barrunto
que esta pudiera ser la charla,
los ojos aún con sueño, en la ventana
de Almansa trece, donde un ángel de la fotografía
sin plumas y sin alas se acercó a nosotros
allá por los sesenta y tantos,
aún resiste el papel de grano grueso, la mirada de halcón
y los encuadres de horizonte caído y cielo alto,
pero el sonido se borró, nuestras intrépidas teorías
sobre la virtud de unas deidades de valor sospechoso,
robábamos los sábados a la beatitud, con pantalones de campana
y jerséis de lana virgen aprisionada entre laureles,
esa era la parte del silencio que al respirar se inflama
como un humo gris en la frialdad del aire
lo mismo que el jadeo de los perros
cuando siguen a un zorro amaestrado,
y tal vez fuera así porque nosotros
usábamos la conversación como coraza,
salvo que en medio hubiera alguna prenda
tendida en un cordel formando un pabellón de intimidad
para exponer al sol la fantasía.
Zona B:
Las motivaciones del gobierno genocida ¿obedecen a la religión o a la política? ¿o a una mezcolanza de las dos llevada al límite? En todo caso ninguna ofrece nada de interés al ser humano cuando está en juego el equilibrio del valor fundamental: la vida digna.
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