jueves, 12 de diciembre de 2024

Algunos peces continuaban nadando bajo el hielo con inusitada lentitud; los grandes pájaros marinos venían a mirar; se preguntaban si picando serían capaces de romper la costra trasparente, pero ninguno lo intentaba, porque el ridículo y el hambre se ocultan y reservan para la estricta intimidad

 




Ya no llega el papel

con la fatiga del correo desahuciado en el triaje hospitalario,

leo con lentitud de viejo suspicaz, 

a cada paso vuelvo atrás sabiendo

que al final me colarán noticias falsas,

cualquier gorrión te canta ahora con voz de ruiseñor,

y aunque suelo mirar por la ventana no percibo en el cielo

esos colores del apocalipsis que a diario nos anuncian

ni veo otro disfraz que el de algún lobo vestido de cordero 

-también ellos suelen celebrar la Navidad-,

la comparación es siempre odiosa, dicen, nada

es tan real como lo que tú mismo imaginas partiendo desde aquí, 

vuelvo al papel y palpo con las yemas temblonas

la columna que crece con la jabonosa espuma de la adulación,

y aspiro con mi nariz involuntaria el acre olor a vómito 

o los regüeldos de digestiones abortadas por el exceso de acidez,

(antes se usaban los periódicos

para envolver el bocadillo y nadie sucumbía

por los efluvios venenosos de la tinta,

ahora la toxina es digital).



Zona B:

No vendría mal un cambio de perspectiva en Israel, donde un tirano disfrazado de demócrata se vale de la guerra para mantenerse en el poder. Acaso una figura femenina, que usara la leyenda de Débora para acabar con el conflicto y hacer viables dos estados sometidos al Derecho.





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