miércoles, 4 de diciembre de 2024

Prestad mucha atención: nunca asustéis al miedo para que pueda pernoctar al pie, frente a la chimenea; sigue siendo asustadizo, todavía le desnuda su mamá, le viste de pijama y le acostumbra al aire forastero que aúlla por las noches al otro lado del cristal

 




Avanza por la senda fibrilar de la vejez,

todavía las fuerzas le acompañan

aunque con señales de ese tedio funcional 

del jubilado que ha descartado la alegría 

como herramienta de trabajo,

usa a veces la lima para subyugar aristas

y remata con lija de doble cero los conatos de venganza,

luego pasa los dedos por el dorso

de la realidad y los retira con polvillo negro,

los restos de erosión orgánica 

muestran siempre una atmosfera de fragua, 

suciedad, picos de fuego mercenario y martillazos

sobre la impavidez del yunque,

algo de eso ha de quedar -ruido de fondo-

cuando empiece a atrasar la maquinaria

enmohecida del reloj.



Zona B: 

El dios del mar será abatido. Luego vendrá una calma de cuchillo en la oscuridad. Y con el sol llegará el brío del resarcimiento y de la cólera. A esa etapa es mejor no referirse por ahora.

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