lunes, 2 de diciembre de 2024

Caminé por la duna evitando la greña del juncal; deduje: cualquier desolación, arena, grava, pedregal, argaño, tierra estéril, greda semejante a lagrimal con lepra, sangre seca y granulada, queratina enferma de la piel, escombro de escalpelo y cirugía o el tremedal que anega la riada cuando los cañaverales de ribera ceden al empuje del fenómeno; todo menos mirar al mar en retirada como un desengañado desertor

 




Se disipa en el aire el olor a guano

con que los pájaros han ido decorando el acantilado, 

suena el griterío de su festival

mezclado con el bramido de las olas,

tradúceme ese ruido, hazme saber con esa música

qué quieren decir los dioses submarinos,

¿es lo que propaga el trueno 

que rueda hasta el principio de la arena seca?

aquí comienzan a crecer las plantas suculentas,

la simetría inmóvil de las siemprevivas y las uvas de perro,

lejos del agua, atentas a la letanía de esa voz,

recuerda el merodeo en torno el muro del penal,

el misericordioso miedo que acunabas

burlando el vidrio vigilante de las garitas,

que no haya líneas rectas para el disparo de fusil,

al otro lado brota el canto seco de los condenados

repitiendo un número como si fuera un nombre,

dos veces al día, cuando sale el sol

y cuando llega la tiniebla colgando nanas de hormigón

en los barrotes de la celda.



Zona B:

Evitar las adhesiones a causas partidistas, salvo al compromiso con la humanidad, ni judíos ni cristianos ni musulmanes, sólo personas, sin el estigma de la religión que considera un enemigo a todo aquel que no coincide en la creencia.

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