El cadáver quedaba reducido
a una cara de mármol, lo demás,
la parte humana desechable se escondía
detrás de un rígido sudario de tela blanca,
no había más pasión que la que un día
derramaron los ojos persiguiendo
como un río furioso la placidez del mar,
tal vea bajo los pliegues del sudario
continuara goteando el musgo lento
de una vitalidad aprisionada
entre dos fechas distantes en el calendario,
la luz lechosa de un amanecer ya muy lejano
frente el malva otoñal en que termina
el chisporroteo de la llama.
Zona B:
Queda claro que unos pocos son capaces de moldear el mundo a su capricho: el sionismo económico domina voluntades, parlamentos, y condiciona el resultado en elecciones en cualquier lugar y sobre todo intenta vestir de legalidad un genocidio vergonzoso. QUE NO QUEDE SIN JUICIO EL GOBIERNO GENOCIDA DE ISRAEL.
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