lunes, 23 de diciembre de 2024

Ese día de junio se rasgó la cortina y un dolor desnudo se insinuó con el disfraz de tentación; no era placer, ni miedo ni repulsa; colgaba de algún árbol tan frondoso que no dejaba ver el potencial de la promesa, ni las terribles consecuencias de mirar con gula aquella oferta semejante a un duplicado original

 




En las horas candentes de la madrugada

yo seguía buscando alguna forma

de rellenar vacíos interiores, no saber algo más

sino sentirlo como el olor, el pánico o el viento,

era igual que remar, al remover el agua

sale a flote la respiración de las burbujas del futuro,

tus ojos ya cerrados con el gesto

de niña rescatada de una letal profundidad,

yo era tu padre e intentaba mantener la barca paralela 

a una improbable orilla a donde todo acaba recalando,

rescataba del agua las noticias de una antigüedad desdibujada

a la que sólo puedes acercarte

usando algún anzuelo

cebado con las larvas de la imaginación.




Zona B:

A todos paz. A todos, sí, incluso a Netanyahu. Sé que a él la paz le sonará como un disparo y el aleluya de la fiesta como el griterío de los condenados.

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