En las horas candentes de la madrugada
yo seguía buscando alguna forma
de rellenar vacíos interiores, no saber algo más
sino sentirlo como el olor, el pánico o el viento,
era igual que remar, al remover el agua
sale a flote la respiración de las burbujas del futuro,
tus ojos ya cerrados con el gesto
de niña rescatada de una letal profundidad,
yo era tu padre e intentaba mantener la barca paralela
a una improbable orilla a donde todo acaba recalando,
rescataba del agua las noticias de una antigüedad desdibujada
a la que sólo puedes acercarte
usando algún anzuelo
cebado con las larvas de la imaginación.
Zona B:
A todos paz. A todos, sí, incluso a Netanyahu. Sé que a él la paz le sonará como un disparo y el aleluya de la fiesta como el griterío de los condenados.
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