Despídanse, no dejen
que el tiempo les devore, tomen
si es preciso algún atajo, pero deben
estar allí cuando el reloj comience
a desgranar sus campanadas,
y ¿qué habrá tras la pared, a qué conocimiento
nos dará derecho la puntualidad,
sabremos más de dios, disfrutaremos
de la hospitalidad estática del bosque,
vendrán las aves a cantar a nuestras ramas
o el otoño será tan inclemente
como en los años anteriores, un remolino de hojas
elevando un árbol fantasmal desde el oscuro pudridero
donde las larvas sueñan el proyecto
de las futuras mariposas?
Zona B:
Casi se ha consumado el exterminio del pueblo palestino. Sólo falta promulgar la ley que fije el territorio a un solo poder, el sionista y que los restos de la ceniza palestina sirvan para abrillantar los oros del déspota israelí.
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