Ya ha pasado el calor,
el frío y las mañanas de niebla sedentaria,
a todo ello siguieron años de calor, de frío,
y de mañanas de niebla sedentaria, nubes de humo
que impedían ver las huellas calcinadas del incendio,
tu ausencia se instaló en el calendario
como una anomalía equinoccial que se repite
entre la primavera y el verano,
yo también me marché y nunca pude ver que florecías
tras la estación de los narcisos, en el borde pisado de la carretera,
alta y esquiva, con dolor, contemplativa a través del agua
verdosa de tu mirada de lechuza,
ahora sé que se mira así desde la soledad
ignorando que estamos todos solos
y que a veces nos incomodan los encuentros.
Zona B:
Justo será que deseemos al gobierno genocida lo mismo que él desea a sus vecinos palestinos, libaneses y sirios.
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