Bajo a la playa,
aún perduran los restos
de la última galerna:
al aire las cuadernas
de algún barco artesano,
pero las olas han dejado
la impronta de unos pasos
que se internaban en el mar,
no hay signos de regreso,
cada cual lo interpreta
según su condición,
aunque nadie se enfrenta
a la teoría del suicidio.
Zona B:
¿Cómo ha de llamarse la ciudad que acoja al tribunal para juzgar los crímenes de este gobierno genocida? La nueva Nuremberg es una urgencia. Está en juego la pervivencia del pueblo palestino.
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