Van quedando atrás vallados y fronteras,
los disparos traspasan como si fueran viento
la alambrada que protegió la granja,
las gallinas confunden el silbido del gavilán
con el de la metralla y las ovejas
exhiben sus vientres abultados
con el embarazo de la muerte, algunos fugitivos
avanzan en deshilachada agrupación
huyendo del ladrido de las balas,
hay que pararse a respirar, pero el aire sabe a sal
como la sangre, enjugarse el sudor
pensando en el murmullo del arroyo, agacharse a beber
para borrar el objetivo al francotirador,
aunque lo normal es que se pierda la verticalidad
y que las sombras caigan por desgaste
lo mismo que los lápices que agotaron su mina dibujando
"esta monstruosidad llamada vida".
Zona B:
No al negocio de las armas. Si es preciso la izquierda al otro lado del PSOE debe retirar su apoyo a este gobierno hipócrita que reconoce el estado palestino mientras negocia la compraventa de armamento con el estado genocida de Israel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario