Llegué hasta arriba
con esfuerzo y sudor, me descalcé en la hierba brava
de la pradera de montaña y el aire
ramoneado por el aroma del tomillo
torció el gesto ante mi actitud de montañero ocasional
ataviado de maniquí de escaparate,
un águila gris en vuelo circular, igual que el agua
sometida a la succión del sumidero,
trataba de advertirme con un silbo de tren antiguo
de que mi presencia no guardaba
el mínimo decoro para pasar inadvertida
en un entorno natural pero salvaje.
Zona B:
Al rey payaso que presumió de pacificador se le han ido de las manos las dos guerras que prometió finalizar. Ahora se ve más claro el gran vacío que representan sus promesas: las guerras continúan, dejando claro el interés personal de los tiranos.
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