Cuando cumplí los ocho años
mi padre tuvo que vender la potra negra a los arrieros
yo la vi alejarse atada a las raberas del carromato,
ella era como el rayo de luz negra
con que el corto verano se anuncia en la montaña,
intenté seguirle el rastro
entre la niebla que coronaba el puerto,
al otro lado estaba el mar y me llegaba
entre el estruendo de las olas
un relincho de sal que no lograba
cauterizar la herida que me dejó su marcha.
Zona B:
El rey payaso se desdice, da marcha atrás algunas veces cuando la razón le deja en evidencia. El genocida no. Él desprecia la razón o considera que la razón está a su lado porque nadie se atreve a desmentirle. ¡¡¡¡¡¡JUICIO PENAL A LA BARBARIE GENOCIDA!!!!!!
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