Como gorriones ensopados
No es esta novedad tan opresiva
lo que me desazona, rueditas mínimas
atascadas de arena, los imposible giros
de rótula o de cuello, a qué mirar o de qué huir
con el camino enfangado por la risa,
no, ya estaban antes los gorriones
sometidos a vértigo,
un artificial pájaro pincho pavoneaba
su gracia patizamba por el aire,
lo dejamos estar, asimilamos su falta de respeto
y ahora los árboles se incendian
con su palabrería cuchillera
que más que sangre busca hacer espeso
el aire destinado a respirar.
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