Aún se sigue usando
la cadencia sonora de los salmos
para invocar la calamidad
sobre los incontables enemigos
que acosan a las almas solitarias,
suena a seco el crótalo de la luz meridiana,
nada de consoladoras lágrimas, nada
del prometido ejército de hoces
y herramientas de labor llegando
en tropel en tu auxilio, hoy en día
se considera esa cadencia
repetitiva y hasta ineficaz, cantar como los pájaros,
hacerse débil para que alguien tome tu defensa
con ímpetu y te saque de la indigencia,
pero al final nos damos cuenta de que todo
se reduce a imitar estilos abandonados hace tiempo,
a pesar de todo el corazón sigue buscando
algo desigual que le proteja.
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