He bajado a la lonja
a comprar boquerones,
mientras regreso a casa noto
que mi rutina se ha alterado,
no he tomado café
en ese bar hermoso de la cuesta
donde el mar si te descuidas se acomoda
como un fardo en tus hombros
y va todo el camino recordándote
que llevas algo suyo sin haberlo pagado,
él nunca quiso las monedas
que hacen ruido en el bolsillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario