Vuelvo aquí empujado por el viento,
el roce y el arrastre me han hecho transparente,
borrando el colorido de mi tozudez,
la gravedad ya no me empuja
como a las manzanas hacia abajo
y los pájaros me atraviesan en su vuelo,
las heridas de la memoria ya no sangran
pero ungen con vino las escamas de la sed,
me hablan de latitudes que ni el sueño
pudo mejorar,
lo lejos está cerca,
con esa mínima unidad de medida
pretendo calcular lo inabarcable,
pensarlo todo para poderlo ver.
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