Sí, he de admitir
que todas las cosas memorables suceden en mi ausencia,
me doy la vuelta y todas las luces se convocan
para ofrecer un escenario
con la minucia iluminada de un ceremonial antiguo,
en cambio yo, conmigo como único ocupante,
he de mendigar noticia sobre mis horas muertas
y fiarme de la interpretación de signos no muy claros
a cargo de alguien cuya voluntad y facultades
declinan más deprisa que mi pasión por seguir viendo
el espectáculo del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario