Hasta el lugar se ignora donde la partida se jugó,
las actas ardieron en el ara entre sabrosa grasa de carnero,
lo que agradó a los dioses, hartos del menú vegano
que minerva había impuesto por despecho,
de qué está hecha la gloria
pudiera haber sido el titular, pero las alas
de las ángeles laicos de la pista se plegaron
antes de tiempo, dejando todo en la oscuridad
entre el aplauso de algunos mercenarios que portaban
pañuelos rojos como único indumento,
nadie esperó a la entrega de la ensaladera
pues fuera el espectáculo se tiño de sangre
quirúrgica que un preciso bisturí
fabricado con las cuerdas de la lira
administraba sabiamente
como reproduciendo aquella escena
que shakespeare imaginó para burlar a shylock,
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